La verdad es que iba a subir la foto ayer, día del trabajador, pero me despiste
me convertí en calabaza y ya no fue posible.
Siempre que pienso en trabajador y ya habiéndome descartado me acuerdo
del obrero, trabajador incansable que levanta grandes obras con sus
propias manos, cuyos beneficios se llevan otras manos menos
gastadas y principal víctima de la crisis del ladrillo que asoma.
Pues aquí el vigilante, muchos ladrillos y unas calabazas.
Villamarchante, enero de 2008